Un mural puede ser mucho más de lo que aparenta a simple vista. El arte no tiene límites y esto es precisamente lo que los hace tan interesantes a la hora de decorar un colegio. Se puede elegir una estética sobria, abstracta, colorida o vívida en función de lo que se quiera transmitir a todos los que lo vean, ya sean alumnos, profesores o padres.
La influencia del entorno en el estado de ánimo está más que demostrada y, a simple vista, cualquier tipo de pintura que esté sobre un muro es, pues, un mural. Sin embargo, si se hurga un poco más, podemos ver que este tipo de obras se pueden categorizar de muchas maneras diferentes.
En primer lugar, el soporte. ¿Un mural puede ser un mural si no está pintado en una pared? Sin entrar en debates filosóficos como la paradoja de Teseo, podemos pensar que solo lo pintado en un muro puede ser considerado, estrictamente, un mural. Sin embargo, esto no es del todo cierto.
Los murales se pueden aplicar sobre grandes soportes que cubran las paredes, como una solución sencilla a una superficie poco adecuada para pintar. Esto, si los muros tienen grietas o demasiada suciedad que haga poco práctico el prepararlos para pintarlos, puede ser una alternativa menos costosa al proyecto. Además, cuentan con la ventaja de poder ser retirados con facilidad para devolver el aspecto original del exterior.
Luego, los murales no tienen por qué ser exclusivamente pintados. Aplicar las técnicas del bajorrelieve o incluso los azulejos permiten jugar con texturas del modo que simplemente el pigmento no. Combinar distintos métodos abre un abanico de posibilidades decorativas de las que normalmente no se es consciente, por ello, lo mejor es contar con profesionales para asesorarte. En mi Cole Mola somos expertos en emplear la pintura como principal elemento en nuestros murales para colegios.
No hay una regla escrita sobre dónde tiene que existir un mural. Si bien son elementos ligados al diseño arquitectónico y en el exterior es donde más visibles y llamativos son, los murales interiores también pueden hacer mucho por transformar espacios aburridos, como pasillos o zonas comunes.
Cada aula puede tener su propio mural, siempre y cuando este no suponga una gran distracción para los estudiantes. En educación infantil es posible elegir diseños dinámicos y creativos para alentar la imaginación de los alumnos y que estén rodeados de estímulos interesantes desde pequeños.
Estos son algunos de los tipos con los que te puedes encontrar:
Murales exteriores
El mural por antonomasia. En Mi Cole Mola es el formato que más nos gusta trabajar, porque nos permite dar rienda suelta a la creatividad y hacer que tu cole sea visible desde lejos y memorable mucho tiempo.
Murales interiores
Son los murales que se pintan en el interior de un edificio. Presentan la ventaja de ser mucho más duraderos (no tienen que enfrentarse a las inclemencias del tiempo) y pueden servir para orientar a las personas, algo especialmente útil para los centros grandes o las personas nuevas.
Murales en vallas
Nosotros, como muralistas de gran formato, sabemos aprovechar cada centímetro que tenemos disponible para pintar y lo concebimos todo como un gran lienzo. Por ello, las vallas y verjas del colegio pueden emplearse para crear efectos interesantes con la pintura de las paredes y hacerlos aún más grandes.
Murales participativos
Uno de los proyectos más bonitos que puedes llevar a cabo en tu colegio es un mural participativo, en el que los alumnos están implicados en la creación de todo el proyecto, desde las primeras ideas y bocetos hasta la pintura de las paredes. Es una forma de hacer que se impliquen en equipo, cooperen, y aprendan a llevar a cabo una obra artística. ¿Quién sabe? Quizás alguno descubra su vocación.
Otra de las clasificaciones posibles para los murales es su finalidad. Hay murales que cuentan historias, y hay otros que sirven de enseñanza. En un colegio que mola, los profesores pueden encontrar muy útil tener ciertas normas pintadas de tamaño grande en las paredes. Además, si esto se hace estéticamente, se pueden alimentar estos valores en para los estudiantes.
Por supuesto, una de las mejores maneras para las que se pueden usar los murales es como sistema de navegación, y que sirvan para orientar a todos los que estén en el centro, especialmente los visitantes que no estén acostumbrados a moverse por las premisas. La facilidad de movimiento debe ser uno de los puntos básicos en cualquier colegio, pero es crítico en aquellos que son más grandes.
Ahora que ya sabes cómo clasificar los murales, sólo queda identificar tus necesidades. ¿Necesitas un mural didáctico en el interior de tus pasillos? ¿Una pared de azulejos que cuente la historia de tu centro? ¿Una llamativa pared exterior que sirva como declaración de intenciones desde la distancia? Cuéntanos tu proyecto.