No lo podemos evitar: sabemos que se puede pintar casi cualquier superficie y lo hemos demostrado. El mayor reto de plasmar diseños en suelos es usar materiales que sean lo suficientemente resistentes como para que soporten el paso de miles de pisadas diarias sin desgastarse.
Solo trabajamos con las mejores marcas del mercado y nos encargamos de emplear los materiales que más aseguren la durabilidad de nuestros suelos. Nada es eterno, y la pintura mucho menos, pero con los productos adecuados, se pueden alcanzar duraciones de más de 10 años.
Por supuesto, la sostenibilidad no está reñida con la perpetuidad, y escogemos siempre las pinturas más respetuosas con el medio ambiente.
Si has recorrido algún hospital o edificio de gran envergadura, sabes lo importante que es orientarse correctamente. Una manera fácil de navegar los diferentes espacios es usar pictogramas y dibujos en el pavimento. En mi Cole Mola somos incapaces de tener la oportunidad de intervenir un suelo, y hacerlo aburrido.
Pintar el suelo ayuda a los alumnos a recorrer el colegio de manera mucho más amigable. Esto es especialmente interesante si queremos evitar aglomeraciones y ayudar a cualquiera que llegue al colegio –ya sea niño o adulto– a situarse.
¿Qué sería de un patio de colegio sin juegos? Más allá de pintar canchas –cosa que nos encanta–, también se pueden delimitar espacios diferentes, ya sean deportes, juegos clásicos o pistas de atletismo.
Como con todos nuestros murales, pintar el suelo del colegio puede ser una experiencia didáctica y decorar los suelos entre todos, de forma colaborativa. Ningún niño dejaría pasar la oportunidad de elegir los juegos que quiere tener en su patio. ¡Todos sabemos las risas que se echan intentando hacer contorsionismo en el Twister!